domingo, 15 de noviembre de 2009

La carga


Rara esa lágrima que recorre
tu rostro de viento,
Igual que los arboles
cuando dejan caer sus hojas más antiguas
O los pájaros que pierden
sus plumas de acero
y las hormigas
renunciando al cargamento pesado del bosque
Tus ojos, como dos espejos
tienen la manía de contar verdades.

Ahora que me balanceo como un acróbata
sobre esta lágrima hipnótica ubicada
en la pequeña hendidura de tus labios
como un astuto grano de sal,
puedo sentir como el cuerpo resbala
hacia el abismo y desciende

¡Como caen alborotadas las cosas!
¡Y el ruido ensordecedor de una sola gota
explotando en el suelo!
Parece que todo aquello, que cae
pierde su espíritu instantáneamente

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